Una sexualidad sana y plena ofrece, además del disfrute y el placer de vivir, una larga y satisfactoria existencia; nuevas investigaciones así lo demuestran, una alta frecuencia sexual, mejora la salud; previene los problemas cardíacos, combate la depresión, evita la celulitis, maximiza la memoria y ayuda a rejuvenecer la piel.
El beso por ejemplo, componente principal e insustituible de todos los eventos sexuales, pone en movimiento 29 músculos, 12 de los labios y 17 de la lengua y las pulsaciones cardíacas pasan de 70 a 140 por minuto; convirtiéndose en un ejercicio incomparable, mejorando las condiciones del sistema cardiovascular y quemando de 3 a 12 calorías; dependiendo de la intensidad y calidad del beso.
Una alimentación balanceada y una actividad física controlada, son la receta ideal para vivir más y mejor; pero, debemos sumar a la lista un nuevo componente, el sexo.
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