
“No me acuerdo de la edad cuando lo hice por primera vez. Sí recuerdo que me sentí en el cielo. Pero esa sensación me duró unos pocos minutos porque, cuando pasó ese momento de placer, tenía la impresión de que..., no sé, como que había hecho algo sucio. Claro, lo repetí muchas veces, pero la sensación final se mantuvo. No fue hasta muchos años después que, leyendo y conversando con algunos amigos, descubrí la realidad de la masturbación. ¿Te imaginas? Luego de años supe que no tenía nada de malo”.