Sebastián A. Ríos
LA NACION
Un nuevo procedimiento para el tratamiento de los aneurismas cerebrales ofrece una cura definitiva para las formas más voluminosas y difíciles de tratar -los llamados aneurismas grandes o gigantes- de estos ensanchamientos o abombamientos de las arterias del cerebro.
Se trata de la reconstrucción endovascular intracraneal, en la que los neurocirujanos colocan una malla metálica que tapa la boca del aneurisma, restableciendo la normal circulación de la arteria afectada, lo que permite que el mismo flujo sanguíneo repare el defecto de la pared arterial.