Las sesiones en curso finalizan en menos de un mes. Ninguna resolución propuesta hasta ahora menciona los derechos LGBT. Pese al temor inicial de muchos delegados de las Naciones Unidas de que se estuviera preparando algo, los activistas LGBT y los estados miembros favorables a ellos se muestran reacios a proponer resoluciones que promuevan los derechos LGBT. Fuentes internas afirman que es probable que no cuenten con los votos, ya que tales propuestas generalmente encuentran la enérgica oposición de los estados miembros de la ONU.
Un reciente episodio ilustra esta resistencia. En octubre, Navanethem Pillay, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se dirigió al comité de asuntos sociales, humanitarios y culturales. En su intervención mencionaba la discriminación basada en la orientación sexual y en la identidad de género como un área que continúa captando la atención de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH). Cuando se abrió el espacio para comentarios, los representantes expresaron sus inquietudes.
El delegado de los Emiratos Árabes Unidos, hablando en representación de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), manifestó que la OIC era la voz de 2 mil millones de musulmanes de todo el mundo y que objetaba la preocupación de la OACDH «por determinadas personas debido a sus intereses y comportamientos sexuales». Estas son «nociones indefinidas que carecen de fundamento legal en cualquier instrumento de derechos humanos».