NUEVA YORK.- Lujuria, glotonería, pereza: la mayoría de los vicios humanos son muy, muy tentadores. Pero uno de ellos, sin embargo, resulta tan doloroso que uno podría pensar que es una virtud, aun cuando no haya ninguna recompensa al final: la envidia.
Ubicado en el sexto puesto en la tradicional lista de los siete pecados capitales, justo entre la ira y la vanidad, la envidia es el profundo y habitualmente hostil rencor que uno siente hacia alguien que tiene algo que uno quiere, como la riqueza, la belleza o la admiración de sus pares. Es un vicio que pocos pueden evitar y que nadie desea, porque experimentar la envidia es sentirse pequeño e inferior, un perdedor atrapado en la maldad. ....... Artículo Completo ......